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En el apartamento, ella desató un torrente de pasión incontrolable, prometiéndole no parar hasta que él alcanzara un estado de éxtasis tan profundo que perdiera la noción del tiempo.
El cuarto en el apartamento se volvió tenso cuando se encontraron cara a cara.
Con cada movimiento en el apartamento, ella intensificó el deseo y la promesa de no parar hasta que ninguno de los dos pudiera resistir más.
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